martes, 26 de mayo de 2009

Sólo una noche . -



Ella existía desde hacía un tiempo.
Codiciada por todos.
Él nunca la había mirado como una figura real.
Un día se descubrieron.
Él descubrió a la persona que se escondía detrás de esos ojos tristes y lejanos.
Ella descubrió que él iba a ser más que una simple venganza.
Era una tarde más y ella respondíó a la pregunta de siempre con una respuesta que sonó a invitación: "Hagamos lo que vos quieras".
De pronto un acolchado rojo sirvió de paño a un juego que tenía dos participantes.
Las muecas se tornaron previsibles después de medianoche y los disfraces los dejaron en una silla.
Hubo algunos secretos que se tiraron en la almohoada y los personajes se volvieron tan vulnerables que sucumbieron a la mañana ante el miedo del qué iba a pasar.
El sol llegó a la hora señalada y cada uno se puso el traje que había dejado a un costado.
A los diez minutos, la escena del crimen había sido vaciada y aquí no hay más nada que ver.
De igual manera, ambos saben que la campana había dado su veredicto. El juego tenía solo perdedores.




H . -

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