NO VEO EL CIELO,
sábado, 30 de mayo de 2009
jueves, 28 de mayo de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
martes, 26 de mayo de 2009
Sólo una noche . -
Ella existía desde hacía un tiempo.
Codiciada por todos.
Él nunca la había mirado como una figura real.
Un día se descubrieron.
Él descubrió a la persona que se escondía detrás de esos ojos tristes y lejanos.
Ella descubrió que él iba a ser más que una simple venganza.
Era una tarde más y ella respondíó a la pregunta de siempre con una respuesta que sonó a invitación: "Hagamos lo que vos quieras".
De pronto un acolchado rojo sirvió de paño a un juego que tenía dos participantes.
Las muecas se tornaron previsibles después de medianoche y los disfraces los dejaron en una silla.
Hubo algunos secretos que se tiraron en la almohoada y los personajes se volvieron tan vulnerables que sucumbieron a la mañana ante el miedo del qué iba a pasar.
El sol llegó a la hora señalada y cada uno se puso el traje que había dejado a un costado.
A los diez minutos, la escena del crimen había sido vaciada y aquí no hay más nada que ver.
De igual manera, ambos saben que la campana había dado su veredicto. El juego tenía solo perdedores.
H . -
lunes, 25 de mayo de 2009
Gol de mujer ? . -
Sale un bolso y entra otro
mundo de un amor curioso
ríen lágrimas de piel
¿dónde muere el dolor?
¿dónde está la chapa del amor?
tratando de abrazar los vientos que enfrían tu alma
en la tormentosa soledad
de estos elefantes en Europa
Autistas del amor
¿Cómo gritar amor?
Autistas del jamás
marcas de un pasar por oso
¿dónde está tu canción...?
lunes, 18 de mayo de 2009
Y el tiempo me ahorcó en un rincón . -
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
Una trompada al Rock . -
«Chau, fuck you, a la mierda con este circo y con el rock», gritó. Pero entró, o lo metieron, para ser más claros. La cancha de Los Andes le ofreció al pelado un paisaje desolador: mientras del escenario se sacudían los acoples de las últimas pruebas de sonido, en el campo casi nadie se asomaba. Más allá, lejísimo, en la tribuna, un puñado de remeras negras se confundían con los colores de esa noche de diciembre. Hablaba el pelado, y le hablaban todos, conocidos, amigos y perfectos extraños, pero todos sentían el privilegio de ponerse a charlar con el pelado por un rato, como si el recital no fuera más que una excusa trivial para juntarse un rato a tomar una ginebra y a cagarse de la risa y a gritar canciones perdidas entre gritos. Se ahogó el pelado en un momento, se atragantó con los gritos ajenos y se perdió, mientras caminaba hacia lo que sospechaba que eran los vestuarios de la banda. ¿Dónde carajo estoy?, pensó entonces, y lo dijo en voz alta. No le importó que le explicaran donde ubicar en el mapa a Lomas de Zamora, no le importaba saber en realidad. La pregunta era otra cosa. Y estaba solo, rodeado de gente el pelado, pero solo. Más solo que nunca. Se ahogó con la ginebra y tosió un buen rato, y sintió como la tos penetrante le rascaba los pulmones, como le estremecía todo el cuerpo flaco y le llegaba hasta los huesos, doloridos. Atragantado como estaba, no pudo seguir la marcha. De lejos llegaban los ruidos de una viola eléctrica acoplando a lo bestia, y las luces del estadio que estaban prendidas no le hacían fuerza a la noche. Miró a la gente, y no llegó a escuchar sus conversaciones, no les pudo ver las caras, lejos, en las tribunas. Lo llevaba la gente, lo empujaba, pero estaba solo, lejos del ruido, lejos del circo, lejos de esa noche que se parecía demasiado a las otras. No veía las sierras de Córdoba el pelado, no veía a Stephanie con su inglés inconmovible perdida en el silencio del monte, no veía a Timmy tampoco, apenas si se acordaba lo que habían hablado un par de días antes: cobrar unos mangos en Sadaic, internarse en esa clínica, lejos, bien lejos, ahí donde no conociera nada, en Formosa, jodía.
A la mierda con el circo, repetía, mientras cuatro o cinco lo iban empujando rumbo a los vestuarios. Cansado, perdido, solo, Luca marchaba rumbo al ritual. No miró atrás en ningún momento, la noche de Lomas lo esperaba y unas cien personas se acomodaban en la inmensidad de las tribunas de Los Andes. Ellos también venían a ver el circo. De lejos, podía adivinarse la pelada de Luca, más flaco que nunca, caminando. Alrededor, cada vez más gente, cada vez más solo. De adentro lo veían llegar, justo cuando la noche se transformaba en madrugada. Cada vez más ruido, Luca, ahí viene che, cada vez más tarde. Cada vez más solo.
LUCA NOT DEAD
H . -